SILENCIO INTERNO
Los chamanes del México antiguo
descubrieron que cuando se alcanza el silencio interno, la conciencia del
hombre puede dar fácilmente un salto a la percepción directa de la energía
reflejada en cualquier horizonte dado. Ellos usaban el cielo como horizonte, así
como las montañas o, en un espacio más reducido, las paredes de sus moradas.
Eran capaces de ver energía reflejada en esos horizontes como si
estuvieran viendo una película. Describieron concisamente este fenómeno, como
la visualización de la energía con apariencia de un matiz -para ser precisos,
un punto rojizo en el horizonte, color rojo granada. Lo llamaron el manchón
color granada.
Esos chamanes aseguraban que, en un
momento dado, ese manchón de color granada explotaba y se convertía en imágenes
que ellos veían como si estuvieran realmente viendo una película. Este logro
perceptivo los convirtió en lo que ellos llamaron espectadores del infinito.